Quique Prosen es una figura clave de la radio y un coleccionista compulsivo. Pero no confiesa cuántos miles de vinilos posee: "Si supiera la verdad mi mujer me echa de casa".
Es Quique Prosen, legendario programador de la Rock & Pop y actual CEO de un pool de radios que van de Argentina a Nicaragua, y de Aspen 102.3 a RQP. ¿Saben qué quiere decir RQP? Radio Quique Prosen... De aquí en más, Quique Prócer -grande por dentro-, bronce campante que circunvala su furor rockero coleccionando vinilos. Prócer es un acopiador dantesco que no piensa “blanquear” ante de ningún cronista su número exacto de simples y longplays.
“Si mi mujer lee la verdad en un diario, me cambia la cerradura de casa y no entro más”.
El sujeto, el mismo que participó del innovador Radio Bangkok, 30 años después se define como un cleaner: cuando muere una de esas tías, el primero que entra a la casa es él. Permiso, permiso, gracias y se lleva todo lo coleccionable; vinilos desde ya, pero también radios viejas.
¿Pura deformación profesional? Puede ser. Ya rumbo a la patología, confiesa que además junta contestadores automáticos.
¿Qué te está pasando?
“Nada, me cuesta desprenderme de las cosas. Lo de los vinilos no es algo de toda la vida, sino que se me apareció en el 2005, durante una mudanza. La mudanza es un momento traumático y yo de golpe me di cuenta que tenía 5.500 vinilos que mudar. Mi mujer quería tirarlos todos. Traté de hacer el esfuerzo de descartar, pero decía uhhh, no puedo tirar este Sade, uhhh, no puedo tirar este de The Cure, uhhh... Por alguna razón u otra, todos eran discos que hablaban de mi vida. Uhhh este de Tom Petty, uhhh este de Simply Red....” La interjección de la sorpresa hizo de Prosen un hombre afecto a las bauleras. Su capital simbólico está aquí, allá y en todas partes. Ahora, una porción desembarcará en la Séptima de Edición de Buenos Aires Vinilo, fiesta retromoderna que lo tiende como expositor estrella con una fortuna, en discos, cercana a los 200 mil pesos.
Prosen llegaba a la Rock & Pop a las siete menos cuarto de la mañana. Hablamos de los inicios en el domicilio de la 106.3. La Frecuencia Modulada era tierra de nadie. El estudio funcionaba en la calle Belgrano 270. Prosen, por esos días, también trabajaba en radio Continental y tiene su propia fábula de autosuperación: la primera vez que pisó una radio fue en calidad de cadete administrativo.
Pero corre Quique corre, que antes de las 7 (AM) hay que estar marcando tarjeta en el hobby de Daniel Grinbank.
Año 1985.
“Jadeando llegaba”.
Era el madrugador de una radio hecha a imagen y semejanza por Grinbank, en ese entonces un dueño peludo,obsesivo y muy atento a cada uno de los temas que sonaban en su particular antojo.
Cuando la FM era la América de Colón, no había casi nada y uno podía permitírselo casi todo. Grinbank, por ejemplo, quería levantarse escuchando a los Rolling Stones.
En 1985 -año en que se funda la radio- Grinbank era un tipo que a menudo se levantaba para hacer pis. Mear y encender la radio era un movimiento mecánico. Meaba y maldecía a Michael Bolton, a Roberto Carlos. ”¡¿Por qué nunca engancho un tema de Zeppelin?!” Esta es la verdadera historia del comienzo de la Rock & Pop. Si se tiene en cuenta que La Balsa se escribió en el baño de La Perla del Once, Rock & Mingitorios debería ser un capítulo insoslayable de la Gran Enciclopedia.
Prosen: “A Daniel le gustaba que las tandas musicales de la radio se armaran de la siguiente manera: si sonaba un músico negro, había que continuar con otro músico negro. Si sonaba uno blanco, otro blanco. Daniel quería una radio para escuchar la música que le gustaba. Zeppelin, Lennon, Beatles... La FM de esa época era música funcional, salvo intentos como el de la FM de Rivadavia. Pero Rock & Pop nació para los gustos que quería darse Daniel. Si en un bloque ponías a Prince tenías que pegarlo con Tina Turner o Stevie Wonder, ¿se entiende?
Más o menos...
“No podías poner a Prince con Bryan Adams. Uno era rubio canadiense y otro era negro. Así empezamos a programar. No podías poner a Michael Jackson con los Stones. Los ingleses se pegaban con ingleses; los solistas con solistas. No era un tema de discriminación, para nada, sólo que Daniel consideraba que Stevie Wonder y Madonna no podían sonar juntos. Yo era el programador de la mañana y Daniel estaba permanentemente encima. Para sostener la tendencia que a él le gustaba, se hacían bloques nacionales donde, por ejemplo, ponías, Soda, Virus...” A la gente no le gustan los libros, los discos, el queso, los vinos. Le gustan las ferias. Por eso hay ferias de libros, discos, quesos y vinos.
Existe una leyenda urbana que dice que muchos de los vinilos que tienen Bobby Flores y Quique Prosen eran de la Rock & Pop.
¿Qué hay de cierto?
“Las cosas son así: las discográficas mandaban cuatro copias de cada disco. Una siempre era para la discoteca de la radio. Los otros eran para los programadores. Yo me llevaba mi disco, pero así como me lo llevaba, te lo podía regalar (...) Si tenés una copia de The Head On The Door (The Cure) con el banner cruzado de Prohibida su venta, vale fortuna. Ese banner cotiza el material.Yo empecé a sentir cariño por el vinilo mucho después. Tiré tantos en los ‘80, que me arrepiento. Me acuerdo de una guerra de vinilos en la radio, donde rompimos más de 500 discos. ¡Me quiero matar!” The Dark Side of the Moon, el disco de Pink Floyd, es su fetiche extremo: tiene 67 copias distintas (sonido cuadrafónico, edición holandesa, vinilo blanco, vinilo rojo, edición especial 30 aniversario, etc.) “Viajo por el mundo y si estoy en Berlín, voy a ver el Muro y después pregunto dónde están las mejores disquerías de la ciudad. Me paso horas y horas en disquerías. Es mi locura. Por lo general compro discos para mí y discos que pueden venderse en ferias de vinilo. Menos lo de Floyd, vendo casi todo”.
Prosen hizo de la acumulación una virtud. El coleccionismo siempre va por el lado de la epopeya, aunque tal vez lo suyo no difiera (tanto) de la colección de zapatos de Susana.
¿De Pink Floyd te falta algo?
“Siempre te falta algo. La piratería es la perdición de cualquier coleccionista”.
¿Cuál puede ser el vinilo de rock nacional más caro?
“El heavy metal cotiza muy bien, tiene muchos coleccionistas. Quizás el más caro sea alguno de Horcas”.
"Legendario programador de la rock and pop y actual ceo de un pool de radios que van de Argentina a Nicaragua"
ResponderEliminarParece que se le facilita bastante el coleccionismo a este "señor"...Yo me quedo con el otro coleccionista, el buscador que junta el mango para comprar esa joya que tanto desea.
Gracias por ser pluralista y publicar mi comentario anterior.
ResponderEliminar